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  • 277 mujeres mayores y profesionales acuden a talleres de empoderamiento y acompañamiento
  • El proyecto de la Fundación PEM cuenta con la financiación de la Secretaría de Derechos Sociales del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 del gobierno de España

Por Norma Saldaña

“Empiezo ahora a caminar sola, soy mayor, pero tengo ganas de hacer cosas que antes no me atrevía a hacer sola. Me ayudó mucho la charla [Soy mujer, soy mayor, soy visible] y gracias a ella hago cosas muy cotidianas, pero para mí, en particular, son un logro grande. En estos momentos [las mujeres] seguimos siendo fuertes y nosotras podemos hacer todo lo que nos propongamos”. Carmen vive en Santander y se separó de su pareja “desde hace años”; tiene una hija de 28 años, que vive en Madrid, y hasta hace 12 meses se había dedicado a cuidar de su madre, ahora fallecida. Por eso dice que ahora empieza a caminar sola. Ha conseguido ir a clases de baile, lo que la hace sentir contenta, y hasta ha viajado sola. De hecho, poder ser lo que se desea, sin importar la edad, y poder participar en lo que se quiera hacer —no solo dedicarse a cuidar de los demás— son dos de las claves para superar las imágenes sociales estereotipadas que pesan sobre las mujeres mayores que enfrentan, al menos, dos tipos de discriminación: el machismo y el edadismo. Estas son algunas de las claves que la Fundación Patronato Europeo de Mayores (PEM) entregó a 161 mujeres mayores a través del taller “Soy mujer, soy mayor, soy visible” en siete sesiones impartidas en Alicante, Madrid, Membrilla (Ciudad Real), Santander, Sevilla y Vigo durante 2025.

El taller —dirigido por la geroantropóloga feminista y coordinadora técnica de Fundación PEM, Mónica Ramos Toro— forma parte del proyecto “(des)CONOCIDAS. Los retos de las mujeres que son mayores” que la Fundación PEM ejecuta durante 2025 como parte de uno de sus objetivos, que es visibilizar a las mujeres mayores, para quienes apenas existen programas públicos dirigidos a detectar o a identificar que sufren diferentes tipos de discriminación y violencia. El proyecto cuenta con la financiación de la Secretaría de Derechos Sociales del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 del gobierno de España.

“Curiosamente, lo mejor que me llevé del taller es que me encontré con una persona a la que yo había invitado, porque habíamos compartido otro espacio. Pero, a partir de ahí, esta amiga y yo nos vamos encontrando en otros lugares, nos vamos retroalimentando para otros ámbitos en los que nos encontramos también activas. Me llevé una persona en mi vida”. Las palabras de Pepa tienen resonancia en otra de las claves del taller dirigido a mujeres de 60 años en adelante: la de potenciar vínculos como las redes de amistad y redes de apoyo social. En la charla, otra de las claves que se ofrecen para superar las imágenes sociales negativas es ampliar los círculos de apoyo más allá de la familia.

“(des)CONOCIDAS. Los retos de las mujeres que son mayores” incluye una formación específica para sensibilizar a las y los profesionales que trabajan con mujeres, sobre todo con mujeres mayores, en la que se les dan herramientas para identificar más fácilmente a aquellas mujeres que están sufriendo violencia de género en la relación de pareja y les es difícil identificar porque se trata de mujeres que fueron educadas con patrones y roles de género muy marcados y han naturalizado algunos tipos de violencias, porque es algo que llevan sufriendo desde hace décadas. Este taller se denomina “Sensibilización y formación sobre violencia de género contra mujeres mayores: nombrar lo invisibilizado”.

“Lo que más me llamó la atención es que haya sido tan específico para (profesionales que trabajan con) mujeres mayores, porque opino que nos faltan muchas herramientas para tratar a estas mujeres ya que para mí son las olvidadas. Hay proyectos para juventud, hay proyectos para mujeres de mediana edad, pero para las mayores, no. Entonces me ha aportado muchas herramientas y me sensibilizó incluso para poder atenderlas mejor”, asegura Rocío González Terán, técnica de la Oficina de la Mujer de Suances. Añade que todos los actores de la sociedad que tratan con mujeres mayores requieren de estos aprendizajes para identificar síntomas o comportamientos que, por sutiles que sean, indican que una mujer mayor está sufriendo violencia de género. “El mayor aprendizaje, aunque ya lo tengo bastante interiorizado, es que la denuncia (policial) no es el primer paso, es el último. Porque yo sé que las fuerzas del orden rápidamente te dicen: ‘que denuncie, que denuncie’. Una mujer mayor, de más de 70 años, es muy difícil que denuncie. El objetivo prioritario no es la denuncia, es el acompañamiento, es la empatía, es que ella tenga un punto de apoyo”, explica convencida.

 

Ambos talleres —los destinados a mujeres mayores y los dirigidos a profesionales que trabajan con ellas— se apoyan también en la campaña “Soy mujer, soy mayor, soy visible”, que parte de un vídeo que destaca la diversidad de las mujeres mayores y la vida que tienen más allá del rol de cuidadoras, abuelas, cocineras o amas de casa.

Además del vídeo, se quiso hacer un espacio de encuentro para ellas en el que se implementaron dinámicas de las que salieron distintas reflexiones. Entre los ejercicios que aplica en el taller con mujeres mayores de 60 años está el del dibujo de un árbol dividido en raíces, tronco y ramas. En las raíces las mujeres anotan las cosas que escucharon, vivieron y formaron su identidad como niñas; en el tronco, como adultas, y en las ramas lo que las identifica como mujeres mayores.

“Es impresionante que, en las ramas, en todas las localidades, en todos los municipios donde hemos dado este taller todas dicen: ‘Este es el mejor momento de mi vida, me siento libre, he hecho los cambios que tenía que hacer para empezar a hacer más lo que me da la gana, sé que tengo todavía cosas que superar, pero me encuentro mucho mejor de lo que me he encontrado a lo largo de la vida’”, cuenta Ramos Toro. “Lo que me ha parecido increíble es que mujeres mayores, sobre todo muy mayores, hayan hecho el proceso de transformación de su vida hacia una vida más libre”, destaca la investigadora y antropóloga social, con una experiencia de 30 años trabajando con mujeres mayores.

En el caso de los profesionales, subraya Ramos Toro, han agradecido el taller que pone el foco en lo que les pasa a las mujeres mayores cuando sufren violencia, cosas que no habían detectado, señales que no habían identificado. Este taller se impartió a 116 profesionales como psicólogas, cuidadoras, técnicas, personal de la Policía Nacional, personal técnico de dinamización de distintos centros y asociaciones en Alicante, Ciudad Real, Madrid, Santander, Sevilla y Vigo.

En total, Ramos Toro impartió 14 talleres en seis ciudades a 277 mujeres mayores de 60 años y a profesionales que trabajan día a día con esta población.