
La Fundación Patronato Europeo de Mayores y de la Solidaridad Intergeneracional (PEM) es una entidad sin ánimo de lucro de ámbito nacional que nace en Madrid el 16 de marzo de 1994, siendo sus fundadores el P. Bartolomé Vicens Fiol y D. Modesto Chato de los Bueys. Tiene su sede en Santander (Cantabria), como representantes de la Fundación del Hombre y de la Asociación UNATE, La Universidad Permanente como patronos fundadores.
La Fundación surge en un marco caracterizado por el creciente envejecimiento de la población, contexto en el que paulatinamente hay una mayor sensibilidad social sobre la situación y problemas de las personas de edad y una mayor conciencia de la necesidad de promover su participación y presencia social.
Siendo consciente de esto, la Fundación PEM viene promoviendo un conjunto de iniciativas de formación, información, sensibilización, educación, desarrollo cultural y tiempo libre, con objetivos de promoción y desarrollo integral de nuestros mayores, tanto desde la perspectiva individual como de grupo.
La promoción integral de las personas mayores, que constituye su sello de identidad, tiene como referencia las recomendaciones del Plan de Acción de Viena sobre Envejecimiento (1982), el Plan de Acción de Madrid sobre Envejecimiento (2002) y los Principios de Naciones Unidas en favor de las personas de edad (1991)
La Fundación Patronato Europeo del Mayor se encuentra inscrita en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, habiendo sido declarada como Entidad Benéfico-Asistencial por Orden Ministerial de fecha 25 de noviembre de 1994. Está también inscrita en el Registro de Entidades, Centros y Servicios Sociales de la Dirección General de Políticas Sociales del Gobierno de Cantabria.
Nuestra Fundación desarrolla un intenso trabajo en colaboración con otras instituciones que trabajan con las personas mayores en el ámbito educativo –como UNATE- o en el internacional –como la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Personas Adultas Mayores (FIAPAM)- y colabora con ayuntamientos e instituciones de diferentes niveles administrativos para hacer operativos sus planes de trabajo.
El desafío
Es un hecho que la expectativa de vida aumenta progresivamente y la mayor parte de nuestros mayores vive esta etapa vital con buenos niveles de autonomía y una aceptable salud y bienestar. Las mejoras en las condiciones de vida, que se han traducido en que las personas lleguen a esta edad en óptimas condiciones físicas, psíquicas y de autonomía, nos dan una imagen de las personas de edad que nada o poco tienen que ver con la imagen que tradicionalmente hemos tenido de ellas.
El envejecimiento de la población es uno de los mayores logros de la humanidad. Es, asimismo, uno de sus mayores desafíos ya que impone grandes exigencias económicas y sociales a los sistemas de protección social, a las familias y comunidades, a las entidades que trabajamos con y para este colectivo,… Sin embargo, el incremento de la expectativa de vida no conlleva necesariamente calidad de vida. De hecho una población envejecida implica una alta probabilidad de que se vivan más años con discapacidad y dependencia. Es por ello que el gran reto que plantea el envejecimiento a Gobiernos, comunidades, familias, a los propios mayores y a las entidades que trabajamos con ellos, es aumentar la esperanza de vida con calidad de vida.
En los últimos años ha surgido un nuevo paradigma sobre la vejez y el envejecimiento que pone el acento en las potencialidades de los mayores, paradigma que apuesta por una visión positiva de esta etapa vital. Este nuevo enfoque, en el que se contextualiza el trabajo de la Fundación PEM, ve esta etapa como un periodo de crecimiento y realización personal, con entidad y objetivos propios, no una etapa de declive y decadencia, vacía de contenido. En nuestra labor adquiere especial significación el énfasis en la responsabilidad y el esfuerzo personal en el cuidado de la propia salud integral (física, mental y social) desde una perspectiva de ciclo vital. Desde la Fundación consideramos que hoy más que nunca es necesario promover una nueva cultura del envejecimiento en la que el enfoque preventivo prevalezca sobre el enfoque más puramente asistencial.
Las políticas sociales y las intervenciones han de estar encaminadas, entre otros fines, a impulsar actividades de formación e información que contribuyan a que esta etapa vital se desarrolle con mayores niveles de bienestar, más autonomía y mayor participación. En definitiva, fomentar el envejecimiento activo y saludable (en términos de optimización de potencialidades y mejora de la calidad de vida) para que los mayores puedan envejecer con seguridad y dignidad, a la vez de garantizar la continuidad de su participación activa como ciudadanos con plenos derechos.
El objetivo institucional de la Fundación, que concibe a las personas mayores como un valor en sí mismos, es contribuir a la construcción de un nuevo rol activo y participativo de las personas de edad haciendo de esta etapa vital una experiencia positiva y satisfactoria:
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Promoviendo estilos de vida activos y saludables que conviertan a la persona en el protagonista de un nuevo modelo y estilo de envejecer.
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Favoreciendo su integración y presencia social, el acercamiento intergeneracional así como su participación útil, activa y crítica en la vida comunitaria.
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Capacitándoles para vivir con una dimensión positiva y creativa.

Nuestro objetivo
Afrontar eficazmente los retos que plantea el envejecimiento requiere de una respuesta coordinada de los servicios sociales y sanitarios, así como de intervenciones que contemplen la colaboración y complementariedad con otros agentes sociales.
Para la Fundación PEM una mayor calidad de vida, vinculada a una mayor expectativa de vida, reclama un compromiso y un trabajo coordinado del sector público y el privado.
En este sentido las intervenciones promovidas por la Fundación han contado con el respaldo de organismos públicos y privados nacionales y regionales y con la colaboración de asociaciones y organizaciones de mayores de Cantabria y con entidades locales de la región.
Desde sus inicios son muchas las personas mayores de 50 años que han tomado parte en los proyectos ejecutados a lo largo de toda la región, siendo la línea vertebradora de aquéllos:
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Proporcionar recursos de autocuidado y estrategias de carácter preventivo que desde una perspectiva de ciclo vital contribuyan a mejorar la forma de envejecer, haciendo de esta etapa vital una experiencia satisfactoria.
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Apoyar, en todos los ámbitos, la continuidad de la participación activa de los mayores como ciudadanos con plenos derechos.
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Promover una imagen realista y más ajustada del colectivo de personas de edad, acorde con el importante papel que desempeñan para sus familias y sus comunidades.